miércoles, 25 de abril de 2012

COMIDA MEXICANA DE AYER, HOY Y DEL FUTURO

Unos chapulines sobre tortilla y con acompañamiento de guacamole

Si algo hay incontestable es que México y los mexicanos -los prehispánicos y los actuales- conforman de manera nítida la cultura del maíz. Imprescindible, el maíz está presente en la alimentación de todos los mexicanos: indudablemente más en las clases populares, pero lo encontramos en preparaciones y acompañamientos en los restaurante más afamados. Creo que no se podría entender a los mexicanos sin las tortillas y los tacos; tacos rellenos de los más variados ingredientes pero siempre incluidos en comidas y taquizas. Si acaso habría que añadir a esta cortísima lista de imprescindibles al chocolate, otro alimento de origen mexicano para el mundo.

Pero no podemos si de comida hablamos dejar de identificar México con gusanos, arácnidos y otros insectos que, en muchos casos, alcanzan la categoría de delicias gastronómicas. Son los chapulines (saltamontes) tostados, los gusanos de maguey (de la planta de donde proviene el tequila) dorados en mantequilla, los escamoles (huevas de hormigas) con epazote (una hierba sazonadora), los alacranes al chocolate, las larvas de abejas con miel y cebolla o los chinches salteados. Pueden parecer extraños o repulsivos en principio para los paladares españoles pero es cuestión de acostumbrarse. Porque además de que estos insectos son una delicia - a veces muy cara- para los paladares mexicanos (y de otros muchos sitios del mundo, no sólo en América sino en Asia) parece que están destinados a ser el alimento del futuro. Según varios estudiosos -y podemos citar al biólogo, investigador y coordinador del laboratorio de Entomología de la Facultad de Biología de Michoacán, Javier Ponce Saavedra- arañas, alacranes, chinches, hormigas, larvas y un larga enumeración de insectos, fácilmente asimilables por el organismo humano y que aportan gran cantidad de proteínas y nutrientes, serán la despensa básica del futuro sustituyendo en gran parten a la carne. Según los estudios efectuados los alacranes, por ejemplo, en cantidades adecuadas (entre 15 y 30 pequeños alacranes) aportaría más proteínas que un bistec de un cuarto de kilo. Y lo más importante, las razones económicas: es mucho más barato tener alimentos a base de insectos y otros bichos que estar produciendo carne con un alto coste y además contaminando la atmosfera con el ozono que producen.

Nada, que en el futuro la comida será de ocho patas y otros bichos.


LA ESCOPETA NACIONAL, EL REY DE ESPAÑA Y LOS RECORTES ECONÓMICOS


Es  el título de una película española rodada en 1977 (que tuvo varias continuaciones) dirigida por Berlanga, con la intervención de gran número de conocidos actores, que criticaba -entre otras cosas- a la nobleza y a las cacerías promovidas por ésta para hacer negocios y buscar contactos e influiencias con políticos. Hoy en día, con el accidente del rey Juan Carlos que se rompió la cadera en el transcurso de una cacería en Botsuana (o Botswana, como prefieran) es el tema y la polémica de moda en España.

Se critica que con la que está cayendo, con la economía en uno de sus peores momentos, el rey se vaya de cacería. Y eso que apenas hace unas semanas dijo que no podía dormir pensando en los jóvenes parados. ;española tiene su historia. Unos días antes de que el sible ni lo más acertado, con la prima de riesgo por las nubes, con el paro que no deja de crecer, con subida de impuestos y recortes en temas tan sensibles como Sanidad (7.000 millones de eu56, estando con su familia en la finca Villa Giralda adas explicaciones del ministro del ramo, Wert, que cada vez que habla mete la pata con los datos y cifras que le proporcionan sus asesores (citó unos textos falsos para acabar con la asignatura de Educación Cívica) y anunció elevar el número de estudiantes por aula y         el incremento de horas lectivas, con el correspondiente despido de miles de maestros y profesores, así como criticó el fracaso de las universidades (dijo que el 30% de sus alumnos abandonaban los estudios, cuando la cifra real es inferior al 12 por ciento y criticó el alto número de universidades existentes cuando hay una por más de medio         millones de ciudadanos, cifra de las mas bajas en Europa) sin comentar que España solo dedica el 1,2% de su PIB a la enseñanza mientras que la media de la OCDE es del 1,5%.

Claro que, además, lo de la escopeta nacional y los reyes y clase política española tiene su historia. Unos días antes de que el rey se rompiese la cadera en la cacería africana, el nieto del rey, Froilán, de 13 años, se pegó un tiro en el pie con una escopeta. Y el propio Juan Carlos cuando tenía 18 años, en 1956, estando con su familia en la finca Villa Giralda         de Estoril (Portugal) y jugando con un revolver le disparó un tiro a su hermano pequeño, Alfonso, del que resultó muerto. En los años de la dictadura franquista, Fraga Iribarne participando en una cacería, allá por los años sesenta, le pegó una perdigonada a la marquesa de Villaverde en las posaderas confundiéndola con un conejo.

Como pueden ver, y esto son solo unos escasos ejemplos, lo de la escopeta nacional tiene gran recorrido. Y el rey Juan Carlos y las cacerías también.




jueves, 12 de abril de 2012

¿SUEÑAN LOS MERCADOS CON LIEBRES MECÁNICAS?

Viñera de El Roto en EL País




Lo comentó hace unos días el ex presidente español Felipe González. Más o menos vino a decir que el acoso de los mercados le recordaba a las carreras de galgos que cuando iban a alcanzar a la liebre mecánica adelantaban a esta unos metros para que siguieran persiguiéndola. Lo que no aclaró quién era la mano que regulaba la carrera de la liebre mecánica. Pero a buen entendedor sobran las palabras, dice el refrán. ¿Quién es esa mano, digamos que negra, que aprieta a los estados intentando ahogar sus economías, que amenaza -y está consiguiendo- recortar y casi acabar con el estado del bienestar? Los economistas tendrán muchas y contradictorias explicaciones. Y tras sesudos comentarios y análisis exponen sus opiniones y sus vaticinios, pues en muchos casos los tales economistas parecen más augures que otra cosas y como tales adivinos yerran mucho.
Uno que no es economista, ni lo desea, prefiere acercarse al problema desde la literatura. Y recurrir para ello a la novela policiaca y a la serie negra. En ellas el culpable se puede averiguar a partir de dos premisas: cherchez la femme y la clásica pregunta de quién se beneficia. En este caso no buscamos a la mujer y dejamos de lado a la alemana Merkel, que parece que quiere ganar por otros medios la primera y segunda guerras perdidas en Europa, y a la inefable presidenta del FMI que acaba de advertir sobre el riesgo de que la gente viva más de lo esperado.
Y los beneficiarios de que se desplome la economía europea y se debilite el estado de bienestar con el consiguiente derrumbe de la sanidad, pensiones y la educación pública es eso que conocemos de manera enigmática como los mercados. Es decir: financieros, especuladores, gestores de hedge funds (fondos de inversión libre), fondos de pensiones y bancos de inversiones, entre otros de parecida calaña. Personas o entidades que lo único que procuran son beneficios sin atenerse a normas (lo hemos padecido con las hipotecas sub prime) o eludiéndolas. Para ello no les importa quienes se queden en el camino. Y además son jaleados por políticos liberales (no en el término acuñado por los españoles en aquellos tiempos de la Constitución de Cádiz), sino liberales manchesterianos, en el sentido económico del término. O para emplear un lenguaje más actual, vamos a llamarlos neocons, esos conservadores más extremados. Todos ellos aplaudidos, promovidos e impulsados por otros beneficiados por el derrumbe del estado de bienestar y por la finalización de pensiones, sanidad y educación pública: entidades de seguros privados, grandes firmas sanitarias y farmacéuticas , colegios y universidades privadas, grandes empresas que desean ser libres para despedir, fijar salarios y horarios… En juego miles de millones de euros que podrían llegar a sus manos y a sus negocios como ya lo hacen, en mayor o menos medida, en países como Estados Unidos (recuérdese la reciente lucha de republicanos contra Obama por la sanidad), Chile, México y tantos otros.