La gran discusión, el gran tema del debate ahora en México es la privatización o no de Pemex, de su industria petrolera y de los beneficios que aporta el gobierno. Pero a pesar de la importancia del tema y de los grandes recursos propagandísticos que el PRI utiliza para terciarla a su favor, otro debate está surgiendo con fuerza: la legalización de la mariguana. Y es que tras el proceso abierto en Paraguay y aunque desde el gobierno que preside Peña Nieto ya se ha dicho que están en contra, el tema se abre cada vez con más fuerza entre la sociedad mexicana a pesar de que ésta suele ser tradicional y conservadora. Además en el vecino Estados Unidos, que tanta influencia ejerce entre los mexicanos, ya hay 19 estados que permiten la producción, venta y consumo de la marihuana con finalidades terapéuticas, y otros dos (Colorado y Washington) la permiten para propósitos recreativos.
Pero la tradición, la guerra y el dinero generado por el narcotráfico y otros factores hace que cada vez el debate vaya haciéndose más fuerte y una parte importante de la república apuesta al menos por el debate, cuando no por la legalización. Y es que incluso la ley mexicana es muy avanzada ya que despenaliza el consumo de todas las drogas, aunque no la producción ni el comercio o tráfico de las mismas. Pero las dosis permitidas con muy pequeñas- Consiente la posesión de 5 gramos de mariguana y 0,5 de cocaína. Pero quien es detenido con una cantidad mayor, por mínima que sea, se convierte automáticamente en traficante. El debate abierto considera que las cantidades para consumo propio deben ser más realistas, mayores por lo tanto, y que en todo caso el problema se aborde desde el punto de vista médico y no criminal. Aparte de otorgar libertad a los ciudadanos en este tema, se considera que eso permitía acabar en buena medida con el narcotráfico, sus negocios ilegales y el dinero negro que genera. Y por añadidura con el crimen y la corrupción que hoy es una de las mayores lacras de este país.
Como en casi todo el mundo las drogas estaban permitidas en la república mexicana hasta entrado el siglo XX. Pero después de la primera guerra mundial comenzaron las prohibiciones. Y de ser vistas como un uso social admisible, la igual que el consumo del alcohol comenzaron a ser tenidas como algo ilícito, perseguible y criminalizable, surgiendo además así los grandes negocios de las mafias.
En México, especialmente, la mariguana tiene gran tradición. Una de las canciones más populares en las que se menciona y que pasó a ser icono de la Revolución es La cucaracha, esa que dice en su estribillo:
La cucaracha, la cucaracha
Ya no quiere caminar.
Porque le falta, porque no tiene
Mariguana que fumar
Pero en realidad la canción es mucho más antigua. Según investigaciones de Luis Leal publicadas en la Revista de la Universidad e México, su origen se encuentra en España, ligada a otra guerra, en concreto a las carlistas en el siglo XVIII. Según una artículo publicado por Juan Carlos Rodríguez-Pimienta, las primeras grabaciones de La cucaracha están hechas en 1917 Nueva York por Luz Amalia Avilés. Y ya a partir de los años setenta surgen los llamados narcocorridos, donde el tema de la mariguana y otras drogas se hace popular, sobre todo de la música de “Los tigres del Norte”.
Para acabar, viene a cuento citar al literario y dramaturgo español Ramón del Valle Inclán, que ya en los años finales del siglo XIX y primeras décadas del XX adelantó en lagunas de sus novelas lo que más tarde sería el fenómeno de la narrativa sudamericana y trató asimismo del problema de las drogas y especialmente de la mariguana en su obra La pipa de kif. Veamos un fragmento:
¡Verdes venenos!¡Yerbas letalesde Paraísos Artificiales!
A todos vence la marihuana,
que da la ciencia del Ramayana.
¡Oh! Marihuana, verde neumónica,
cannabis índica et babilónica.
Abres el sésamo de la alegría,
cáñamo verde, kif de Turquía.
Yerba del Viejo de la Montaña,
el Santo Oficio te halló en España.
Yerba que inicias a los faquires,
llena de goces y Díes Ires.
¡Verde esmeralda -loa el poeta
persa- tu verde vistió el profeta!
(Kif -yerba verde del persa- es
el achisino bhang bengalés.
Charas que fuma sobre el diván,
entre odaliscas, el Gran Sultán.)