lunes, 3 de octubre de 2011

EL CENTRO NIEMEYER EN EL LABERINTO



El Centro Niemyer/Foto del autor

El Laberinto de Jericó

El Centro Niemeyer, en Avilés, ha anunciado que suspenderá sus actividades tras el espectáculo de María Pagés, previsto para el 8 de octubre. Todo se debe al conflicto que enfrenta al Centro con el nuevo Gobierno asturiano formado por el FAC (Foro Asturiano de Ciudadanos), un partido nuevo surgido de la mano del que fuera secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos, de índole fuertemente personalista .-fíjense que las iniciales del partido corresponden a las de su creador- y a mayor culto de la personalidad de su líder y que está formado en su mayoría por personas descontentas y resentidas que abandonaron las filas populares, aunque hay también algunos componentes de la izquierda asturianista.

Todo comenzó, conviene recordarlo, por la denuncia del gobierno asturiano a las cuentas del complejo cultural. Después, por la exigencia del FAC de que el Gobierno nombrará a su presidente, ya que ellos son -según afirman- los que mayor dinero aportan al presupuesto del Patronato del Centro, en el que también figuran el Ayuntamiento avilesino, al Autoridad Portuaria de Avilés (en cuyos terrenos se levanta el Centro) y varios socios privados. También han denunciado las últimas reformas de sus órganos directivos. Estas cuestiones, aireadas a bombo y platillo y con malas formas, podrían considerarse normales y ser resueltas en las reuniones correspondientes (aunque no se han convocado a los órganos rectores). Pero el asunto se agravó cuando el Consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, admirador tanto de la alta cultura como de las actividades asturianistas, anterior responsable del Museo de Bellas Artes de Oviedo, afirmó que no le gustaba la programación del Centro, aunque admitió que no la conocía bien, porque estaba dedicada más al espectáculo que a la cultura, según la entiende él. Y remató afirmando que las exposiciones habidas eran de muy baja calidad. Todo un ataque, aunque sin precisarlo expresamente, a los gestores del Niemeyer que habían conseguido en seis meses de vida dar a conocer al Centro en todo el mundo y logrado traer personalidades del ámbito tanto del cultura como de la ciencia, o como la reciente obra de teatro “Ricardo III”, dirigida por San Mendes y protagonizada por Kevin Spacey que atrajo hasta la villa asturiana diversas personalidades del mundo de la cultura española, desde la ministra del ramo hasta conocidos profesionales de la escena.

Como respuesta a la postura del Gobierno asturiano, muchos avilesinos han manifestado su preocupación y su protesta y desde el ayuntamiento se alentó a las organizaciones existentes (desde la Cámara de Comercio, la Unión de Comerciantes o Asociaciones de Hosteleros) a expresar su descontento y disconformidad. Lo han hecho con una manifestación a la que acudieron unas cuatro mil personas y las redes sociales han sido reflejo de esas inquietudes. Porque para Avilés el Centro Niemeyer es más que unos edificios espectaculares e icónicos y un recipiente de diversas actividades culturales: es el estandarte de un impulso de recuperación económica, en la tradición avilesina siempre unida al mundo de la cultura y de la industria. En ese sentido de presión al gobierno asturiano debe entenderse asimismo la suspensión anunciada de actividades, aunque sus gestores disponen hasta el 15 de diciembre contrato para ocupar las instalaciones y es de considerar que habrían establecido su programación hasta esa fecha.

La situación es tensa, difícil y el Centro Niemeyer parece encontrarse en un laberinto de difícil salida. Uno de los laberintos que tanto apasionaban al escritor argentino Jorge Luis Borges. Un laberinto de los llamados barrocos, con varias vías muertas o caminos sin salidas. Algo que el escritor británico, y residente durante muchos años en España, Robert Graves, identificaba esa idea del laberinto relacionándolo con el sistema monárquico más arcaico y que los avilesinos a su vez relacionan con un sistema autoritario que quiere imponer el nuevo Presidente asturiano.

Ante esta situación compleja, laberíntica, y el descrédito y daño que puede ocasionar el cierre del Centro Niemeyer debe exigirse a todas las partes una urgente solución al conflicto. Y para ello lo primero que debe hacer el Gobierno asturiano es aclarar su postura y sus quejas, dando a conocer el resultado del examen de las cuentas en duda -ya tiene en su poder todos los documentos y justificantes-, exponiendo claramente sus pretensiones y negociando ya con todas las partes implicadas. El mes de octubre deben aclararse todas las cuestiones, mejorar lo que sea necesario, acordar la orientación cultural del centro con todos los patronos del mismo y sus gestores y atender las peticiones de la ciudad de Avilés y de todos sus representantes políticos (excepto naturalmente del grupo municipal del FAC) que piden la continuidad y una solución permanente para el Centro Niemeyer, que ha logrado en tan poco tiempo un prestigio nacional e internacional y convertirse en centro de atracción cultural y turística, reanimando esas facetas en Avilés y en Asturias.

La política debe estar para solucionar problemas y no, como decía Groucho Marx, para crearlos. Y la cultura debe ser abierta y universal.

2 comentarios:

  1. Fantástica definición del problema que esa aquejando a el Centro Niemeyer.
    Un saludo

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  2. Muy bien explicado. Anímate e infórmanos de las novedades.

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