martes, 25 de octubre de 2011

DIA DE LOS MUERTOS, FIESTA DE LOS VIVOS

En pleno casco histórico, una fachada adornada con motivo del Día de los Muertos /Foto del autor

En el Zócalo capitalino, justo delante de la Cátedral, vendedores de Pan de Muerto, típico por estas fechas/Foto del autor

Esqueletos del Día de los Muertos/Foto del autor

Una representación de La Catrina, personaje típico del Dia de Muertos/Foto del autor

En la UNAM, todos los años se crean diversos motivos para celebrar el Día de Muertos/Foto del autor

El Día de los Muertos o de los Difuntos se celebra, de una u otra manera, en casi todo el mundo: desde Filipinas hasta México, pasando por todos los países católicos y llegando hasta los anglosajones que parten de la tradición celta para configurar su Halloween -que ha ido ganando adeptos a partier de su popularización por el cine de Hollywood.
Pero quizá es en México donde adquiere mayor importancia y seguimiento por la población, aunando tradición indígena con la religión católica que, como acostumbra, ha hecho del sincretismo todo un arte o una virtud. El caso es que el recuerdo y la celebración del Día de los Muertos esta en la genética, en el ADN  de los mexicanos, no importa edad, clase social o educación. Desde el cementerio más humilde al más prestigioso, desde la casa más sencilla a la más lujosa, desde el rincón más oculto hasta el gran  campus de la UNAM, la Universidad más valorada en lengua española en todo el mundo, o la gran plaza central, el Zócalo, de México capital. El Día de los Muertos se celebra adornando pequeños o grandes altares en gran número de casas, de establecimeintos hosteleros, en cementerios, en plazas... Catrinas, papeles de colores recortados, alimentos y bebidas (especialmente las que le gustaban al muerto)... todo para recordarlo y celebrarlo, ya que no es una conmemoración triste sino todo lo contrario.

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