martes, 21 de agosto de 2012

EVA CANEL, UNA ASTURIANA EN AMÉRICA






Eva Canel es una asturiana no demasiado conocida aunque fue una mujer muy activa y que desempeño varios papeles importantes, sobre todo para la época en la que vivió. Fue periodista, novelista, dramaturga, actriz, viajera… Había nacido en Coaña en el año 1857 y realmente se llamaba Agar Eva Infanzón Canel. Su padre, el doctor Pedro Infanzón, murió a causa de un naufragio causado por unos piratas cuando solo contaba tres años de edad Se traslada con su madre a vivir a Madrid y a los quice años comienza a trabajar como actriz de teatro. Conoce a Eloy Perillan, director de una revista satírica muy de la época, llamada La Broma, y se casa con él en ese mismo año. Dos más tarde, en 1874, Perillán es desterrado por publicar un panfleto y tiene que marcharse. Decide ir a Bolivia, dejando a su mujer como directrora de la revista. Pero solo un año más tarde, Eva se reúne con él en La Paz donde colabora en la revista que su marido había fundado allí, El Ferrocarril. Poco después se trasladan a Buenos Aires, donde abren una nueva revista, El petróleo, donde ella ya se dedica en exclusiva a escribir. En 1876, nuevo viaje, esta vez a Perú, donde en Lima abren nueva revista, Las Noticias. Eva escribre además en diarios como El Comercio y el Perú Ilustrado. Pero a raíz de la guerra entre Perú y Chile deciden regresar a España, a Barcelona. No duran mucho y se trasladan a Cuba, donde por ser mujer le cuesta trabajar como periodista en el Diario de la Marina y en Unión Constitucional, aunque logra que le publiquen algunas colaboraciones. Ante ello y ya viuda decide fundar en 1891 su propio semanal, que tituló La Cotorra, también del tipo satírico y panfletario.
En ese año viaja a Estados Unidos y en Nueva York conoce y hace amistad con José Martí que la introduce en sociedad. Ella tenía 34 años, él era cuatro años más joven. De ese encuentro, y después que Martí le dijera que no la escribiría tras su marcha, ya que le explica que no lo hace con quien quiere para no comprometerles: “Entonces no comprendí todo el generoso alcance de aquella resolución: lo comprendí más tarde. Yo volvía para Cuba; él preparaba la revolución con aquella paciencia de benedictino que perduraba en su voluntad por encima de todos los sinsabores y de todos los desengaños”.
En Cuba vive la Guerra de la Independencia y escribe sobre ella, partidaria de las tropas españolas. En 1890 dirige el periódico El Correo, de tendencia anticubana. Se ve involucrada en la explosión del acorazado norteamericano Maine, pero no pudieron concretar cargos contra ella.
De sus vivencias en Cuba y de su amistad con José Martí -a pesar de sus grandes diferencias políticas-, que había muerto a manos de las tropas españolas en 1895, escribe en un amplio volumen de más de 400, páginas que titula Lo que vi en Cuba. Lo retrata como alguien que no quería hablar con ella de política, aunque sí le adelantó que temía de la ingerencia norteamericana en la isla. Y le advertía de como la United dominaría a todos los países en los que se cosechaban plátanos, piñas, café, cacao y la planta sacarina. Y revela que la conocida frase de “America para la Humanidad” (en contraposición de la de Monroe “América para los americanos”) era en realidad de Martí, aunque se atribuyó a Saéz Peña, delegado argentino en la I Conferencia Panamericana, y del que dice que la tomó de Martí, cuando era cónsul de Argentina en Nueva York. Eva Canel termina diciendo de Pepe Martí, como ella lo llamaba, que “nada supe del carácter de Martí, de su condición, ni de su talento, ni de su alma, porque él me lo haya revelado con palabras; todo lo aprendí observándole en sus elocuentísimos sillencios:¡los silencios de Pepe Martí!”
Tras pasar ocho años en La Haban regresa a Madrid, pero al poco vuelve a viajar a Buenos Aires. Allí escribe tres novelas, da numerosas conferencias y colabora en varios medios escritos. Funda la revista Kosmos en 1904 y Vida Española, en 1907, siendo además propietaria de su propia imprenta . En 1914 decide recorrer varios paises de Hispanoamérica, pero en Panamá cae enferma y decide irse a Cuba. Mejorada, continúa con su labor periodística, pero no acaba de recuperarse del todo y el 2 de mayo de 1932 fallece.

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