C.Niemeyer en Avilés/Foto del autor |
La posible cesión que quiere hacer el saliente gobierno del Principado de Asturias de una de sus infraestructuras culturales más ambiciosas, el Centro Niemeyer (costó más de 40 millones de euros de los presupuestos autonómicos), a la Fundación de su mismo nombre, con mayoría de capital privado, ha levantado la polémica. Muchos se preguntan el porqué de esa cesión -hay otras fórmulas de colaboración- y el porqué de cincuenta años -un periodo que se antoja muy largo y abarca varias generaciones-. En el fondo, la cuestión viene a remitir a la ya establecida discusión de enfrentar lo público y lo privado, que es la línea fuerza que separa los conceptos de derecha e izquierda. En realidad, lo concerniente sobre todo a educación, sanidad, cultura e infraestructuras, pues en el resto cada vez hay más coincidencias. Y todo ello, bajo la premisa cada vez más exitosa y extendida de que lo privado funciona mejor que lo público.
Una premisa que no tiene que ser necesariamente cierta. Hay cosas públicas que son un desastre, lo mismo que muchas empresas privadas. Y, al contrario, empresas públicas que son gestionadas perfectamente. El estado de bienestar europeo no funciona, o directamente no existe, en otros países donde lo privado y el mercado puro y duro son los que rigen. Es como otro de los conceptos que se repiten con indudable éxito: los gobiernos no crean empleo, sólo lo pueden hacer las empresas. Lo cual es una media verdad o, quizás más apropiadamente una media mentira. No tengo datos estadísticos precisos a mano, pero los gobiernos sí crean empleo y en proporciones muy notables al gestionar capítulos como la educación o la sanidad (maestros, profesores médicos, enfermeros.), en las fuerzas de seguridad (militares, policías nacionales, autonómicos o locales, guardias civiles.), funcionarios de todo nivel., así como en los proyectos de obras públicas.
La calidad, eficacia y transparencia en la gestión es lo que importa y lo que debe reclamarse. Eso se puede conseguir tanto en lo privado como en lo público. Con el añadido de que en esto último, en lo público, se beneficia igualmente a los accionistas, que en este caso somos todos.
(Publicado en El Comercio/La Voz de Avilés.10.07.2011)
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