miércoles, 16 de mayo de 2012

LA FILOSOFIA Y EL MOVIMIENTO DEL 15-M


El filósofo Gustavo Bueno

Una de las pancartas de los indignados españoles

Aspecto de la Puerta del Sol en Madrid, con los participantes del 15.M

Se ha cumplido un año desde que el movimiento del 15-M o de los Indignados salieran a la calle para pedir una política que contemplase otro estado de cosas: protestar y proponer un cambio que defendiese el estado de bienestar (ver entrada anterior de este mismo blog )ante las duras acometidas de eso que se ha dado en llamar los mercados, impulsados por un capitalismo duro y salvaje. Un capitalismo que solo valora los beneficios económicos y a quien no le importan las personas nada más que en cuanto son generadoras de ganancias. Casi, casi una vuelta a los postulados del XIX.

Mientras tanto la crisis económica, que comenzó en Estados Unidos con las hipotecas sub prime y la caída de algunas conocidas entidades financieras y que se ha enseñoreado de Europa ha propiciado la desaparición y el cambio de muchos gobiernos y puesto en peligro no solo algunos países (Grecia, Irlanda, Islandia, Italia, España…) sino la misma existencia de la Eurozona y su moneda única, el euro.

Algunas formaciones políticas se han dado cuenta del clamor popular que existe tras los participantes del 15 M e intentan recoger algunas de sus peticiones en los programas políticos. Otras, los tachan de simplemente de alborotadores y pretenden ningunearlos. Y un filósofo español, Gustavo Bueno, conocido por sus provocaciones, acaba de tachar a los indignados de neandertales, de tener un pensamiento vago e impreciso, de merecer un cero en filosofía. Claro, los que sufren las consecuencias de la crisis y salen a la calle a mostrar su descontento y sus ansias de cambios políticos que tengan en cuenta la microeconomía y no lo reduzcan todo a la macroeconomía -o lo que es lo mismo se tenga en cuenta a los ciudadanos y su vida cotidiana- no son indudablemente -ni tienen porque serlo- eminentes filósofos, ni economistas ni estadistas. Son simplemente personas. Y los que los descalifica y los desprecian, como Gustavo Bueno, serán grandes filósofos y preclaras y ordenadas mentes pero también demuestran su total falta de comprensión y su incapacidad para entender a las personas. Se merecen un cero en sensibilidad.

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