La visita del papa Benedicto XVI a Madrid, dentro de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebra del 16 al 21 de agosto ha suscitado una amplia polémica tanto en los medios de comunicación tradicionales -prensa- como en las redes sociales. Se debate la oportunidad de esas Jornadas y su coste económico y en Facebook hay multitud de peticiones que el dinero que costará se dedique a paliar la hambruna en Somalia. También se protesta por los beneficios económicos otorgados a la visita y por la prohibición de una marcha laica en protesta por ello.
Todo ello puede resumirse en un dicho tradicional español: Con la Iglesia hemos topado. Es una variante de la frasE que se encuentra en el Quijote de Cervantes. Exactamente lo que se dice es “con la iglesia hemos dado, Sancho”. Y se refiere a un edificio (iglesia) en El Toboso, pero desde entonces siempre se ha aplicado a la Iglesia como institución.
La Jornada Mundial de la Juventud y la visita del Papa costará, según cálculos de los organizadores, unos 50 millones de euros, y recaLcan que nada han puesto los poderes públicos, sino que se recaudarán en base a los asistentes y a las donaciones especiales de empresas. Claro que esas empresas donantes podrán deducir de impuestos ese donativo, con lo que se mermarán los ingresos que recauda Hacienda.. Además, se ha puesto a disposición de los organizadores grandes espacios públicos, como aeródromos, y se cerrarán al tráfico importantes calles del centro de Madrid. Asimismo, se han facilitado 600.000 bonos especiales para el transporte público con un precio especial (80% menos) y se han tenido que convocar horas extraordinarios de los empleados del metro, con un cosso estimado de 60.000 euros. Todo ello, lo abonará el Gobierno de Madrid, que es del Partido Popular. Y en estos tiempos de crisis financiera mundial, de intentar por todos los medios reducir los gastos públicos, esto no parece muy ejemplar amuchos españoles.
Más motivo de polémica ha suscitado tambien la publicación del menú que se ofrecerá al Papa, séquito ysus numerosos invitados. Beberán vino blanco de Rueda y vino tinto Rioja, reserva. Como aperitivo tendrán aceitunas españolas, tostas de foie, cucharitas de corazón de alcachofas con salsa holandesa, tabla de ibéricos y quesos. Después, salmorejo con virutas de jamón y solomillo de ternera con compota de cebollas, puré de patata y verduras salteadas. De postre, helado de limón con salsa de bayas de enebro y gelatina de gin tonic, acompañados de vino dulce Pedro Ximenez. Habrá cafés e infusiones, dulces típicos españoles, gominolas de cerveza, yemas de Santan Teresa (no podian faltar, por supuesto), minirrosquillitas y tejas.
Pero, como recordó públicamente a los jóvenes asistentes a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) el arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez Plaza, la visita del Papa “no es un festival de rock”. Por otra parte el profesor de Nueva Delhi, Anil Aggrawal, estudioso desde hace años de la Biblia , afirma que en ella aparecen numerosas
referencias explícitas a “adulterios, incestos, acosos sexuales, agresiones sexuales facilitadas por drogas, violaciones, violaciones colectivas, homosexualidad, travestismo, voyeurismo, bestialismo, exhibicionismo y necrofilia”. Pone como ejemplo, un episodio del Génesis en que las hijas de Lot emborrachan a su padre y lo violan. “Es muy posible que nuestros actuales patrones de comportamiento sexual estén influidos, de modo subconsciente, por estos textos antiguos”, concluye Aggrawal en su estudio. O sea que los jóvenes tienen que tener claro que no asisten a un festival de rock pero tampoco deben seguir al pie de la letra la Biblia.
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