martes, 2 de agosto de 2011

ISLA JANITZIO


Lago de Pátzcuaro/Foto del autor

Isla Janitzio/Foto del autor

Pescadores con las redes en forma de mariposa/Foto del autor

Estatua de Morelos/Foto del autor
En el estado de Michoacán (que en náhuatl significa ligar donde abunda el pescado),donde se encuentra el famosísimo santuario de las mariposas Monarca,llegadas desde los Grandes lagos de EEUU y Canadá para invernar aquí por el otoño, cerca de su capital Morelia, se encuentra el lago de  Pátzcuaro y en él encontramos la turística y publicitada isla Janitzio. La imagen de los pescadores con redes en forma de mariposa, que capturan  unos pequeños pescaditos blancos, han aparecido en casi todas las revistas y documentales dedicados al turismo.
La pequeña isla de Janitzio, con forma cónica, tiene en su punto más alto una gran estatua de cuarenta metros de alto del héroe de la independencia José María Morelos y Pavón. Se puede entrar en su interior y subir hasta lo alto para,contemplar la panorámica de la isla y del lago. Pero es en el Día de Muertos cuando la isla -una iglesia, un cementerio, muchas tiendas de recuerdos y restaurantes-  recibe a más visitantes y su pequeño camposanto se ve aborrotado de gente. La noche del 1 de noviembre hay un desfile de canoas decoradas y las celebraciones se suceden conservando una de las tradiciones religiosas más antriguas de sus antecesores, los purépechas, descendientes directos de los tarascos que hacia el siglo XIV ocuparon estas tierras.

3 comentarios:

  1. me parece mui bien que en mexico no se pierdan las tradiciones y costumbres

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  2. ISLA DE JANITZIO

    “Pareces media naranja, posada sobre sus gajos,
    seguiré la acuosa franja, para estar entre tus brazos.”

    La diestra en lo alto,
    a tu gloria exalto,
    el puño en el cielo,
    buscando un anhelo.

    Isla de Janitzio
    de la paz resquicio,
    cabello de elote,
    el lago tu escote.

    Lugar de unos cuantos,
    algunos muy santos,
    de sangre lacustre,
    territorio ilustre.

    De Pátzcuaro orgullo,
    Michoacán es tuyo,
    México y el mundo
    te siguen el rumbo.

    Estás presente en la mente
    del viajero, de la gente,
    Jarácuaro y Urandén,
    no sienten por ti desdén.

    ¡Porque engrandeces el sitio!,
    porque estás desde el principio
    al centro de la región
    y en turismo eres bastión.

    Desde arriba patos,
    que vuelan muy gratos,
    me dan bienvenida
    hasta mi partida.

    Te miro junto a Tecuena,
    donde quise a mi morena,
    bella Yunuen y Pacanda,
    a esa virgen una manda.

    Tu acuático lirio
    querer con delirio,
    como terso anzuelo
    para un desconsuelo.

    Mariposas redes,
    quedo a sus mercedes,
    mi enamoramiento
    hasta el firmamento.

    La barca se mece,
    el verte enternece,
    en el frente el faro
    y un lecho preclaro.

    Las boyas me guían,
    pues en mí confían,
    hacia vida aislada
    por agua rodeada.

    Cintilan las luces
    de tu alrededor,
    la corte de peces
    se forma en tu honor.

    Janitzio y montañas,
    canto a sus hazañas,
    bóveda celeste,
    firmamento agreste.

    De plata es la luna,
    con figura de uña,
    que, como ninguna,
    tu destino acuña.

    En comercio y pesca;
    gente pintoresca,
    amable, agradable,
    ¡que su casta hable!

    Purépecha idioma
    que el oído aroma,
    lengua cantarina
    que la voz afina.

    Son blancas tus casas,
    algunas grisáceas,
    rojizas sus tejas,
    focos candilejas.

    Todo hermano visitante
    se encariña, en un instante,
    de tus lindos rinconcitos,
    de tus oleajes bonitos.

    Cualquier alma apasionada
    busca en ti cordial posada,
    tierno amor a la medida
    que no tenga despedida.

    Muchas fiestas,
    baile, orquestas,
    la comida ni se diga,
    ¡Jesucristo te bendiga!

    En noviembre, día de muertos,
    brillan tumbas, frescos huertos,
    redimidos corazones
    con latidos de ilusiones.

    Te llevo en mi pensamiento,
    te lo juro que ya siento . . .
    la ilusión de ver a Dios
    antes de decir . . . ¡adiós!

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    Isla de Janitzio, Michoacán, 02 de noviembre del 2010.
    Reg. INDAUTOR No. 03-2011-041513462700-01

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  3. ISLA DE JANITZIO

    “Pareces media naranja, posada sobre sus gajos,
    seguiré la acuosa franja, para estar entre tus brazos.”

    La diestra en lo alto,
    a tu gloria exalto,
    el puño en el cielo,
    buscando un anhelo.

    Isla de Janitzio
    de la paz resquicio,
    cabello de elote,
    el lago tu escote.

    Lugar de unos cuantos,
    algunos muy santos,
    de sangre lacustre,
    territorio ilustre.

    De Pátzcuaro orgullo,
    Michoacán es tuyo,
    México y el mundo
    te siguen el rumbo.

    Estás presente en la mente
    del viajero, de la gente,
    Jarácuaro y Urandén,
    no sienten por ti desdén.

    ¡Porque engrandeces el sitio!,
    porque estás desde el principio
    al centro de la región
    y en turismo eres bastión.

    Desde arriba patos,
    que vuelan muy gratos,
    me dan bienvenida
    hasta mi partida.

    Te miro junto a Tecuena,
    donde quise a mi morena,
    bella Yunuen y Pacanda,
    a esa virgen una manda.

    Tu acuático lirio
    querer con delirio,
    como terso anzuelo
    para un desconsuelo.

    Mariposas redes,
    quedo a sus mercedes,
    mi enamoramiento
    hasta el firmamento.

    La barca se mece,
    el verte enternece,
    en el frente el faro
    y un lecho preclaro.

    Las boyas me guían,
    pues en mí confían,
    hacia vida aislada
    por agua rodeada.

    Cintilan las luces
    de tu alrededor,
    la corte de peces
    se forma en tu honor.

    Janitzio y montañas,
    canto a sus hazañas,
    bóveda celeste,
    firmamento agreste.

    De plata es la luna,
    con figura de uña,
    que, como ninguna,
    tu destino acuña.

    En comercio y pesca;
    gente pintoresca,
    amable, agradable,
    ¡que su casta hable!

    Purépecha idioma
    que el oído aroma,
    lengua cantarina
    que la voz afina.

    Son blancas tus casas,
    algunas grisáceas,
    rojizas sus tejas,
    focos candilejas.

    Todo hermano visitante
    se encariña, en un instante,
    de tus lindos rinconcitos,
    de tus oleajes bonitos.

    Cualquier alma apasionada
    busca en ti cordial posada,
    tierno amor a la medida
    que no tenga despedida.

    Muchas fiestas,
    baile, orquestas,
    la comida ni se diga,
    ¡Jesucristo te bendiga!

    En noviembre, día de muertos,
    brillan tumbas, frescos huertos,
    redimidos corazones
    con latidos de ilusiones.

    Te llevo en mi pensamiento,
    te lo juro que ya siento . . .
    la ilusión de ver a Dios
    antes de decir . . . ¡adiós!

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    Isla de Janitzio, Michoacán, 02 de noviembre del 2010.
    Reg. INDAUTOR No. 03-2011-041513462700-01

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