Vicente Blasco Ibañez |
El presidente mexicano Álvaro Obregón |
Pancho Villa |
La Revolución Mexicana que tuvo lugar a partir de 1910 y que terminó en 1917 con la proclamación de la Constitución, aunque violencia y muerte siguieron varios años más, fue un gran motivo de atracción para muchos escritores, novelistas y periodistas que visitaron el país, como John Reed, D.H. Lawrence, John Dos Passos, Ambrose Bierce o Somerset Maugham. Entre ellos, figura el español Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928), celebrado autor en su tiempo con multitud de novelas, algunas de ellas llevadas con éxito al cine por Hollywood, como “Sangre y Arena” o “Los cuatro jinetes del Apocalipsis”. Gozó de una gran fama aunque en la actualidad esté prácticamente olvidado, como Palacio Valdés otro afamado novelista asturiano propuesto para el premio Nobel, hoy también desaparecido de las librerías.
En 1918, tras el gran éxito de sus novelas en Estados Unidos fue invitado a dar una serie de conferencias y es nombrado doctor Honoris Causa por la Universidad de Washington, donde anuncia su intención de escribir una serie de novelas sobre USA. Es invitado asimismo a México y comienza escribir “El águila y la serpiente”, aunque no la terminó. Pero tras visitar el país en plena Revolución y redactar una serie de crónicas periodistas escribe “El militarismo mejicano” donde refleja su deplorable impresión sobre el proceso político, lo que le valió una fuerte hostilidad de los mexicanos.
Eduardo Luis Feher, profesor de la facultad de Derecho de la UNAM escribe un artículo sobre migraciones de personajes literarios que pasaron por México y a propósito de Blasco Ibáñez dice: De paso escandaloso en México fue Vicente Blasco Ibáñez, quien fue recibido por Don Venustiano en el Palacio Nacional, donde le robaron su reloj en plena comida oficial ofrecida en su honor. Por ello, su odio infundado a nuestro país
Durante su estancia en México se entrevistó, entre otros mucho, con Álvaro Obregón (1880-1928). Un militar que apoyó a Madero y que en 1913 cuando éste fue asesinado se unió a Carranza que, posteriormente, le nombró Ministro de Guerra, aunque cuando quiso presentarse a las elecciones presidenciales no le apoyó y por eso Obregón se rebeló contra él. En 1920 ganó las lecciones a Presidente, un mandato de cuatro años.. Se volvió a presentar en 1928 y también las ganó aunque antes de su toma de posesión fue asesinado. La fama de Obregón como militar se debía, entre otras cosas, a que derrotó a Pancho Villa en la batalla de Celaya donde perdió un brazo, aunque a causa de una gangrena producida por una pequeña herida y no al surfir un cañonazo como dice la historia oficial. Ese brazo se conserva en un monumento levantado en la capital, en el parque de La Bombilla. Cuando el novelista valenciano lo entrevistó cuenta que Obregón le dijo que perdió el brazo a causa un de cañonazo y que había quedado confundido entre otros restos humanos de la batalla sin que sus soldados pudieran encontrarlo, hasta que el propio Obregón sacó un peso de plata y lo echó al aire y de inmediato su brazo salió del montón y agarro al vuelo el peso. Una muestra de que el dinero (y la corrupción) mueve a algunos políticos mexicanos.
Blasco Ibáñez. escribió: Si alguna predilección siento es por el pueblo mejicano, eterna victima de una comedia trágica que nunca acaba; pobre esclavo al que todos quieren redimir, y permanece lo mismo que hace siglos; sempiterno engañado al que se le dedican hermosas frases, pero nunca se le dice la verdad, porque la verdad es muchas veces cruel. Pero también critica a su nación y en 1924 escribió: Gracias a Alfonso XIII el generalato español es hoy un generalato al estilo de México. Sobre sus gorras con entorchados se ve el gigantesco sombrero a la mexicana de Pancho Villa. Pero hay que añadir en honor de los generales mexicanos que éstos, a lo menos, cuando se odian se hacen la guerra y se fusilan, tranquilamente. Los Obregones de España se tienen miedo unos a otros y únicamente te molestan con chismes, murmuraciones e ironías femeninas. Como la de Primo de Riveras al echar de España a su rival Cavalcanti, enviándolo a estudiar la organización de los ejércitos balcánicos
Bastantes años más tarde, el gran cómico mexicano Cantinflas rescató a Blasco Ibáñez con su película “Ni sangre ni arena”, una parodia de la obra del escritor español cuya versión cinematográfica había sido recientemente estrenada en Estados Unidos, protagonizada por Tyrone Power, Rita Hayworth y Linda Darrell.
interesante, muchas gracias...
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