Una patrulla de la policía comunitaria |
Ideario de la policía comunitaria |
Una manifestación de maestros |
Si en el pasado periodo presidencial mexicano, con Felipe Calderón del PAN al frente, se llegó a comentar que México -o,al menos, algunos de sus estados- era un proyecto nacional fallido por el auge del narcotráfico, los miles de muertos por su causa, la policía corrupta, la extendida sensación de impunidad y la pérdida de poder institucional, hoy en día con el PRI en el poder y Peña Nieto como presidente parece que ha pasado a segundo plano la guerra contra el narcotráfico -aunque las cifras de muertos son similares- pero se sigue dudando de la firmeza del Estado y de cómo no hace frente a los conflictos. Tres ejemplos a continuación:
El edificio del rectorado de la UNAM ha sido tomado hace una semana por jóvenes encapuchados -se dicen alumnos de esa Universidad- que reclaman la readmisión de varios expulsados precisamente por sus comportamientos violentos. A pesar de las ofertas de diálogo por parte del rector -eso sí, previo abandono de la ocupación y desaparición de las máscaras que los ocultan- los ocupantes siguen allí. Y las fuerzas policiales, esgrimiendo la paciencia y el valor del diálogo, no acaban de intervenir. Tal permisividad o tibieza no es comprendida por la mayoría de los estudiantes ni de la población en general.
Los maestros, sobre todo de Guerrero, Michoacán y Oaxaca, llevan meses protestando contra la Ley de Reforma Educativa de manera violenta, paralizando durante horas autopistas y carreteras federales, con huelgas en la enseñanza y sin dar clases, para pedir una mesa de negociación pero dejando claro que ésta tiene que aceptar sus puntos de vista. La reforma de la Ley de Educación dice que el estado asume la acción rectora y reguladora del sistema educativo y crea el Sistema nacional de Evaluación Educativa. Los maestros dice que todo eso atenta contra los derechos adquiridos como trabajadores y no asume las particularidades de cada región. Pues bien, esa huelga magisterial que puede calificarse de salvaje no acaba de ser resuelta ni por los gobiernos estatales ni por el federal. Un conflicto que se enquista.
La consolidación y creación en nuevos lugares de la llamada Policía Comunitaria principalmente en estados como Guerrero, Michoacán y Oaxaca -coincidentemente los mismos del conflicto magisterial- que si en principio nació hace ya años como una peculiaridad y protección de algunas comunidades indígenas mixtecas, ahora se ha extendido muchísimo y ya son miles los componentes de esas irregulares policías, que han desplazado o sustituida a las legítimas fuerzas policiales, ya que son acusadas de falta de operatividad, parcialidad o de que están al servicio de grupos delictivos. Aunque algunos estudios y noticias de prensa también vinculan a algunas de esas policías comunitarias irregulares con grupos de poder o con el narcotráfico.
Por todo ello, la operatividad (o su falta) del Estado, al menos en esos territorios pone en cuestión la eficacia de su gobernabilidad.
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