domingo, 12 de junio de 2011

CHICHÉN ITZÁ Y LOS MAYAS

Pirámide de El Castillo/foto del autor




La serpiente emplumada o Quetzalcóalt, que los mayas llaman kukulkán,
en el gran juego de pelota /Foto del autor


La serpiente emplumada, llevada por los toltecas a los mayas
 preside todos los edificios/Foto ddel autor

El Caracol o El Observatorio, donde los mayas estudiaban el firmamento
y establecían el calendario de rituales, siembras y cosechas, que
 posiblemente sirvió de inspiración al observatorio
 del Monte Palomar/Foto del autor

El observatorio del Monte Palomar (California) construido en 1948,
 más de diez siglos posterior al de los mayas.


Chichén Itzá es sin duda el más conocido y mejor restaurado (aunque le faltan muchas zonas por completar) de los yacimientos mayas de la península de Yucatán. Construído en el llamado periodo clásico maya  (siglos VII y VIII) fue abandonado en el  IX y repoblado en el X, momento en que fue invadido por los toltecas llegados desde Tula que incorporaron el culto a Quetzalcóalt, la serpiente emplumada, que los mayas llaman kukulkán.
De todos los templos y edificios restaurados dos son los más espectaculares. Uno de ellos es El Castillo de 25 metros de altura, asimismo llamado pirámide de kukulkán, porque en los equinoccios de primavera y otoño, el juego de luces y sombras hace parecer que las cabezas de serpiente de un lateral de la escalinata norte se mueven. El otro es conocido como El Caracol, nombre que le pusieron los españoles por una escalera interior, que los mayas utilizaban para sus estudios astronómicos y para determinar las épocas de siembra y recolecta así como para determinar sus periodos rituales, aunque en la actualidad se le llama asimismo el Observatorio por su gran y sorprendente parecido con el del Monte Palomares, situado en California y construído en 1948, de tal manera que parece una copia del edificio maya.



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